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Mostrando entradas de octubre, 2024

VANKA - ANTON CHEJOV

Vanka Chukov, un muchacho de nueve años, a quien habían colocado hacía tres meses en casa del zapatero Alojin para que aprendiese el oficio, no se acostó la noche de Navidad. Cuando los amos y los oficiales se fueron, cerca de las doce, a la iglesia para asistir a la misa del Gallo, cogió del armario un frasco de tinta y un portaplumas con una pluma enrobinada, y, colocando ante él una hoja muy arrugada de papel, se dispuso a escribir. Antes de empezar dirigió a la puerta una mirada en la que se pintaba el temor de ser sorprendido, miró el icono oscuro del rincón y exhaló un largo suspiro. El papel se hallaba sobre un banco, ante el cual estaba él de rodillas. «Querido abuelo Constantino Makarich -escribió-: Soy yo quien te escribe. Te felicito con motivo de las Navidades y le pido a Dios que te colme de venturas. No tengo papá ni mamá; sólo te tengo a ti… Vanka miró a la oscura ventana, en cuyos cristales se reflejaba la bujía, y se imaginó a su abuelo Constantino Makarich, empleado a

EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA 3

  La caza imperial La fama de la princesa Kaguya llegó hasta el emperador, quien mandó a una dama a confirmar la belleza de la que tanto hablan, pero la princesa se negó a ser vista por quien haya sido enviada por el emperador. El no dejarse ver solo llamó la atención del emperador, quien tras esto, envió a un mensajero, invitando a la princesa a su palacio para verla con sus propios ojos, pero ésta se negó. La decisión de no acatar las órdenes del emperador lo sorprendió mucho, lo consideró un acto irrespetuoso y llamó aún más su atención, por lo cual, le dijo al padre de Kaguya que si la traía al palacio, le otorgaría el título de noble. Su padre intentó convencerla, pero ella se negó, diciendo que si la forzaban a ir con el emperador, entonces haría todo lo posible para hacerlos nobles, y tras eso, se suicidaría, lo cual asusto a su padre, quien decidió ir al palacio y contarle lo sucedido al emperador, dejando en claro que lo primordial era la seguridad de su hija; sin embargo,

EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA 2

La rama de gemas de Hōrai El Príncipe Kuramochi por su parte, fingió que salía a navegar en busca de la rama que se le había encargado, sin embargo, lo que en realidad hizo fue reunir a seis de los mejores orfebres, es decir, artesanos dedicados a crear trabajos artísticos con metales preciosos, y tras reunirlos, construyó una casa en un lugar recóndito donde no lo encontraran, y dentro de ella un horno, en el cual, con la ayuda de los artesanos, fabricaron una rama de gemas que le costó todos los recursos de sus dieciséis fincas, dando como resultado una rama tan preciosa como la que describo la princesa Kaguya. El príncipe se las arregló para que en el pueblo corriera el rumor de que había vuelto de su viaje con una flor de Udonge, legendaria flor budista que se dice florece una vez cada tres mil años. El rumor llegó hasta la puerta de la princesa Kaguya, poniéndola muy nerviosa y con el corazón destrozado. Ese mismo día, el Príncipe tocó a su puerta, pidiendo disculpas por lle

EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA 1

  Nacimiento de Kaguyahime Hace muchos años, un cortador de bambú se encontró con un bambú cuyo pie resplandecía. Intrigado, se acercó y vio que el resplandor venía de su interior, y al cortarlo, se encontró con una pequeña niña del tamaño de tres sun, lo equivalente a aproximadamente 9 centímetros, sentada en su interior y rodeada de aquel resplandor. El cortador supo entonces, que esa pequeña niña estaba destinada a ser su hija. Con el paso del tiempo, el cortador de bambú siguió encontrando bambúes resplandecientes, pero esta vez con oro dentro, haciéndose cada vez más rico. Al mismo tiempo, la pequeña niña en solo tres meses creció del tamaño de un adulto, su belleza también creció y esta llenaba de felicidad al cortador de bambú y a su esposa. El cortador de bambú se hizo rico y poderoso por la cantidad de oro que se encontraba en los bambúes, y al llegar la niña a la mayoría de edad, decidió llamar a un sacerdote de la corte real para decidir su nombre, quien al ver su inco