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EL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA 1

 Nacimiento de Kaguyahime

Hace muchos años, un cortador de bambú se encontró con un bambú cuyo pie resplandecía. Intrigado, se acercó y vio que el resplandor venía de su interior, y al cortarlo, se encontró con una pequeña niña del tamaño de tres sun, lo equivalente a aproximadamente 9 centímetros, sentada en su interior y rodeada de aquel resplandor. El cortador supo entonces, que esa pequeña niña estaba destinada a ser su hija.

Con el paso del tiempo, el cortador de bambú siguió encontrando bambúes resplandecientes, pero esta vez con oro dentro, haciéndose cada vez más rico. Al mismo tiempo, la pequeña niña en solo tres meses creció del tamaño de un adulto, su belleza también creció y esta llenaba de felicidad al cortador de bambú y a su esposa.

El cortador de bambú se hizo rico y poderoso por la cantidad de oro que se encontraba en los bambúes, y al llegar la niña a la mayoría de edad, decidió llamar a un sacerdote de la corte real para decidir su nombre, quien al ver su incomparable belleza, le puso de nombre “Nayotake no Kaguyahime”, es decir, la resplandeciente princesa del bambú flexible, pues la luz simbolizaba a la belleza, y Kaguya resplandecía como ninguna otra.

Los festejos por el la mayoría de edad de la princesa Kaguya se dieron con grandes banquetes durante tres días y tres noches, la belleza de Kaguya había llegado a los oídos de todos los hombres del país, los nobles y los no tan nobles se volvieron locos por casarse con la princesa, era tan difícil verla que tenían que pasar la noche fuera del palacio esperando una oportunidad para verla o que saliera a alguien que le pudiera hacer llegar un mensaje.

Los pretendientes

Con el paso de los días los pretendientes se fueron resignando hasta quedar solo cinco de ellos, quienes tenían fama de entender el amor y estaban decididos a conquistar a Kaguya. Pasaban noches enteras sin comer fuera del castillo, mandaban cartas que nunca eran respondidas y le rogaban al cortador de bambú que dejara ver a su hija, soportaron el frío del invierno, el calor de la primavera y los truenos del verano, pero todo era en vano.

El cortador de bambú, al darse cuenta de lo que sucedía, habló con la princesa Kaguya, le hizo saber que era un anciano y que su vida acabaría en cualquier momento, sabiendo que era un ser fuera de lo común, le contó que en este mundo el hombre se une a la mujer para formar una familia, y que antes de llegar el día que él muriera, debería tener una familia.

Kaguya le contestó que no sabe si ella es una mujer hermosa, y que tampoco sabe si el amor que tanto le prometen es real, es por esto que vive atormentada por el miedo de arrepentirse después de casarse, no podría casarse sin asegurarse de que el amor de los nobles es real.

La princesa decidió entonces hacer una prueba para asegurarse de que el amor que le prometen es real, le pidió a su padre que hablara con los nobles y les dijera que aquel que traiga lo que desea, será con quien se case.

Las cinco peticiones


Al día siguiente los cinco pretendientes se encontraban fuera del castillo, por lo que la princesa Kaguya le pidió a su padre que les comunicara a cada uno de ellos lo que deseaba que le entregaran.

- Al Príncipe Ishitsukuri le pidió encontrar el legendario Cuenco de Piedra de Buda.

- Al Príncipe Kuramochi le hablo sobre una rama que desea, de un árbol cuya raíz es de plata, su tronco de oro y sus frutos son perlas.

- Al Ministro Abe no Miushi le encargó piel de ratón de fuego, una tela que al ensuciarse, puede ser purificada al quemarla.

- Al Gran Consejero Ōtomo le pidió un collar de cinco colores que se encuentra en el cuello de un dragón.

- Al Gran Consejero Isonokami le pidió encontrar una concha koyasugai, concha que nace de las golondrinas.


Los cinco príncipes, al escuchar que los deseos de la princesa eran materiales que no se sabía de su existencia, regresaron a sus hogares desilusionados.

A pesar de la desilusión, el Príncipe Ishitsukuri se negaba a vivir sin ella, por lo cual mandó un mensaje a la princesa diciendo que ese mismo día partiría en busca del cuenco de piedra de Buda. Tras tres años de búsqueda, el príncipe encontró un viejo cuenco en un monasterio, el cual envolvió en seda y le ató flores, para ser llevado a la casa de la Princesa Kaguya.

La princesa, extrañada por haber recibido el cuenco, lo desenvolvió y encontró en él una carta con un poema del príncipe, sin embargo, el cuenco no resplandecía con el característico azul oscuro que cuenta la leyenda del Cuenco de Piedra de Buda, por lo que decidió devolverlo. El príncipe mandó cartas con excusas, diciendo que el cuenco dejó de brillar al compararse con Kaguya, sin embargo, la princesa no quiso leer sus cartas.

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